domingo, 24 de julio de 2016

Experiencia bipolar sin alcohol: Parte II



Esta serie pertenece a la obra 'La taberna: Una libreta para el recuerdo'

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Dado que en mi caso llegó la gota que colmó el vaso, es razonable pensar que hay que recorrer un camino de concienciación antes de dar el paso de dejar el alcohol con éxito.
Porque va a resultar imposible no mirar atrás en ningún momento, y tener claras las prioridades de por qué hemos tomado la decisión va a ser importante.

Cuando cierta euforia controlada aparece, y padeces síntomas como un buen humor ininterrumpido y reducción en la necesidad de dormir, en trastorno bipolar se habla de fase de hipomanía.
Explico este punto ya que hay que estar al tanto de posibles virajes en la enfermedad ante circunstancias lo suficientemente extremas.
Y dejar un tóxico al que eres adicto de algún modo lo es.

Mirándolo con perspectiva, lo que me ocurrió al comenzar la desintoxicación del alcohol se asemejó bastante a la hipomanía, pues mi actividad diaria se multiplicó reduciendo mis horas de sueño y regularizándolas entre cuatro y seis.
Si bien siempre he padecido problemas con las pesadillas y los sueños vívidos, en este punto parecieron recrudecerse combinándose con despertares brucos y continuos.
Es en estos puntos donde más cuesta a un bipolar obligarse a permanecer en cama las horas que tocan o incluso no modificar su pauta de medicación.

Pero logré superar las primeras noches y llené mis días de videojuegos.
Habituado a consumir alcohol durante algunas horas a diario, el aumento de tiempo disponible y la presencia de una mente más despierta y atenta no tardaron en ir multiplicando mis hobbies hasta que di con una fusión que me resultó de lo más entretenida e interesante.






El mero hecho de descubrir un nuevo videojuego me lanzaba a la escritura de relatos a los que poner mi voz en diferentes montajes con un amplio abanico de posibilidades del cual ‘beber’.

Sin embargo, no creo que estuviese inmerso en ninguna fase hipomaníaca.
Salpicando aquí y allá llegaban momentos en los cuales me apetecía tomarme algo con alcohol. Al poco tiempo ya es evidente que lo que ocurre es que tu cuerpo te está pidiendo su dosis.
Recomiendan dejar pasar unos diez minutos desde que consideras que no te queda otra salida que ceder, para entonces reconsiderar dicha postura.
En mi caso eso funcionaba para retrasar el momento inevitable.
El momento en que te das cuenta que no te vas a permitir beber alcohol.
Entonces todo cuanto estás haciendo parece perder importancia, y todo en lo que trabajas para ocupar tu futuro inmediato y a corto plazo pierde validez.

Acababa en esos momentos en cama, con un buen montón de pensamientos negativos amartillando mi cabeza y envenenando mi discurso.
Cada lectura iniciada a modo de evasión generaba más y más pensamientos autodestructivos, mientras la escritura y los videojuegos quedaban relegados a un segundo plano ante el deseo de consumir.
Salir a la calle despertaba aún más la sed de alcohol.
De modo que normalmente, aguantaba esas horas para finalmente caer adormilado e iniciar el tortuoso proceso nocturno de cada noche.

Supone toda una ‘cortada de rollo’ el que eso ocurra, pero también es cierto que cuando ves amanecer después de la tormenta y te das cuenta de que no has bebido, sonríes de un modo que merece la pena experimentar.
Te das cuenta de que quizá has tenido que sacrificar tu futuro inmediato del día anterior, pero que lo has hecho porqué estás trabajando en un futuro a medio y corto plazo mucho más importante.

Cualquier persona adicta al alcohol comparte ciertos patrones con sus semejantes, dije en la primera parte.
Pues bien, creo que una de las cosas comunes es el descontento que se genera mientras se está adicto en el círculo íntimo de la persona, y del mismo modo la esperanza que nace si el proceso de desintoxicación se inicia.
Trabajar a medio y largo plazo quizá no tenga demasiadas recompensas inmediatas, pero reporta una satisfacción personal más profunda, y desde luego te acerca de nuevo a aquellas personas que, pese a quererte, se plantean o se han distanciado de ti por estar permanentemente intoxicado y alterado.

En esta tesitura me vi al transcurrir las primeras semanas de desintoxicación, y debo decir que en ningún momento sentí que el telón de mi iniciativa iba a bajarse, sino más bien lo contrario.
A parte de lo rutinario del día a día, mi tiempo libre se veía inundado de todo un océano de antiguas y nuevas posibilidades.
Si jugaba a un videojuego se me ocurrían varios montajes para él.
Si escribía en un blog aprendía e introducía docenas de cambios en el diseño.
Si escribía una novela o relatos se abrían ante mí nuevos mundos que conocer, nuevas plataformas y redes en las que trabajar.

Y así un largo etcétera de ejemplos sobre los cuales fui surfeando el oleaje de las posibles recaídas los dos primeros meses.
Los ataques de querer ingerir alcohol se fueron espaciando, apareciendo unas ocasiones durante breves minutos, otras de un modo horrible que podía demorar su extinción en hasta tres jornadas.

Lo que me queda claro es que hay que tratar de no escucharse demasiado cuando esos episodios acontecen.
No obstante, le dan la vuelta a cada tortilla que puedas tener preparada.

De ello hablaré en la tercera parte.



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6 comentarios:

  1. Un buen artículo, a través de la experiencia personal el autor nos da una valiosa información sobre un trastorno que afecta a miles de personas solo en Catalunya, si de por sí cuesta horrores dominar un hábito adquirido no quiero ni pensar el descomunal esfuerzo que debe ser dominarlo en esas circunstancias, me gusta y espero con interés la tercera parte. Saludos

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    1. Estas reflexiones son hechas 'sobre la marcha', espero poder ir aportando mayor contenido a medida que los meses se vayan acumulando.
      Pronto la tercera parte :D
      Un saludo J. Carlos

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  2. Como todo lo que hace Víctor, esta segunda parte sale de su mente tanto como de sus entrañas. Si ya está bien conocer el trastorno para los más neófitos, hacerlo de primera mano es un lujo. E interesarse casi una obligación. Seguiremos a la escucha...

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    1. Desde luego trato de transmitir la experiencia lo mejor que puedo...
      Me parece estupendo que te interesen los dos ejes centrales sobre los que se construyen estas publicaciones.
      La tercera parte se introducirá en "el lado oscuro"... Nos leemos allí, espero :)

      Un abrazo Jam

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  3. Muy bueno, creo que esta sección se a convertido en mi favorita, no solo por lo que explicas, que te felicito de ello, ya que no es algo fácil y que mucha gente que lo padece le avergüenza decirlo, si no que también puede ayudar a gente que esta en tus misma posición o similar.
    Te animo a seguir así <3

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    1. El miedo al estigma es fuerte porque la sociedad puede ser realmente despiadada.
      Esta especie de mapa que trato de dibujar con mi experiencia lo intento cargar desde un punto de vista basado en lo que considero que pueden ser las coincidencias entre los diferentes tipos de afectados.

      Gracias Silvia, un abrazo fuerte :D

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